El que avisa: yo no podría militar en el sindicato de funcionarios CSIF, del que solo conozco a 2 militantes, 1 familiar que me sorprendería cualquier vínculo religioso, y 1 de sus dirigentes históricos del que me llevaría otra gran sorpresa como las de estos días de pavor. De hecho estoy convencido que es 1 luchador por la libertad de expresión incluso más significado que yo, por lo que no lo asocio a ninguna denuncia por blasfemia ni parecida. En el pantallazo de abajo aparece el mensaje del que se ríe, y cuando lo cuento, con 10.003 muertos sobre la mesa de autopsias, o en las morgues congelados, 950 en las últimas 24 horas, al menos hay 1 juez al que tampoco parecen hacerle ni pizca gracia las burlas macabras de los ignorantes en su prepotencia cerril. El que sigue es otro de mis escritos visionarios titulado: Solo dan su brazo a torcer cuando pagan otros. Estuve fisgando en el avatar de quien me respondió y no encontré ninguna coincidencia entre nuestros respectivos contactos, ni me siguen ni los sigo, ni ganas, ni menos me hace gracia lo que pasa ni tengo motivos para burlarme de nadie y ni siquiera para reir desde hace semanas. Con 10.935 muertos reconocidos, 932 en las últimas 24 horas desde que lo cuento, cifra que parece mínima, se puede imaginar que las denuncias no son 1 sino cientos, y que la forma de desacreditarlas políticamente es señalar a quien lidera alguna como si todas fueran la misma o por lo mismo. Me reservo la opinión sobre procesos que van a durar años y por el nombre propio que aparece al frente de alguna que señalan, lamento decir que tendré cuidado de no unirme a ninguna de esas plataformas, y mucho más de necesitarlo. Cumplí a rajatabla el confinamiento y la cuarentena, junto con los que me rodean, y con la confianza recién adquirida o recuperada, lo único que tengo que decir es que ya no se ríen de mi ni supongo que de otros, independientemente de la suerte que corran y lo que duren sus procesos judiciales, pues ya digo que no soy funcionario y si lo consigo, pues me presento a oposiciones y apruebo alguna de las que sí hay empleo más incluso del que sería deseable, se a qué sindicato profesional me voy a apuntar llegado el caso. Como las risas se tornan en insultos, me permito aclarar que en las comprobaciones que hago siguen sin coincidir mis seguidores con los de quienes me insultan o se ríen sobre lo que son noticias de actualidad y enlaces como si me fuera algo personal en ellos; y la impresión que tengo es que son cuentas en redes sociales recién aparecidas en el confinamiento para ese propósito político concreto que desapareceran sin dejar rastro, si es que volvemos a algo parecido a la normalidad en la que el premio es la indiferencia generalizada. Lejos de desanimarme o disuadirme, resulta que antes tenía la impresión de predicar en el desierto, mientras que ahora y empleándome con el mismo procedimiento (cruce de datos, pantallazos, seguimiento de los asuntos a través de agregadores, espero que haya también algún lector o visitante ocasional de los de antes o que alguno de los novatos esos caiga atrapado en el procedimiento que tanto llama su atención), la impresión que tengo es que esos mismos mensajes (en la forma) en redes sociales tienen mucho más impacto. Ni siquiera veo tanta diferencia entre emplear la palabra intoxicación por lo que llaman contagio, o antítodo por lo que llaman vacuna, pues para mí, que estudié lingüística, las palabras siempre valieron mucho, además de que son actos incluso de más valor que los insultos destemplados o las risas inoportunas, y no solo ahora; y estoy acostumbrado a manejarme con argumentos y pruebas que es precisamente lo que más falta, mientras que antes era lo que brillaba por su ausencia. Se me vienen a la cabeza algunos refranes, pero no creo siquiera que sea la ocasión.
– Cuando los estúpidos meten la pata, siempre dicen que cumplen con su obligación, y no voy enmendar la plana a George Bernard Shaw, puede que el único mortal que ganó el Oscar de Hollywood y el Nobel de Oslo, aunque con la misma pieza titulada Pigmalión, que dió nombre a algo parecido a 1 síndrome o mito, también conocido como My fair lady en su versión cinematográfica. Sería imposible, pero si se fijan en los figurones que se equivocan, pidan o no perdón, algo parecido solo pasa cuando están convencidos (fallan más que escopetas de feria, y pienso que los que no nos equivocamos tanto o no se nos nota como para tener que pedir perdón en el plasma como los políticos, es porque alguna vez hemos pagao penosamente las consecuencias, y no solo de las nuestras, pero ese es el tema que nos ocupa) que van a pagar o penar otros. La versión en #refrán mucho más conocida es arrimar el ascua a su sardina, seguro que hay más, pero al carecer de palabra clave o llave lo que pretendo explicar, no puedo ni buscar en mis colecciones. Tampoco es tan fácil, prueben hacer lo mismo que los que piden perdón y verán que no les dejan ni intentarlo. En seguida nos dan el alto, y nos calan porque lo dudamos, o que solo se nos ocurre hacerlo o intentarlo cuando estamos con quienes se lo hemos visto hacer. Pura competencia de la especie, pero el truco está en zafarse a costa de las penalidades que sean, hagan o cuidense como como cada 1 pueda, que nunca será bastante.
– El problema del mundo es que los estúpidos siempre están seguros de sí mismos mientras los inteligentes son 1 mar de dudas, Charles Bukowski. A estos elementos siempre tan seguros de sí mismo y lo suyo, todo lo que no sea el ojal del amo al que lamen el culo con fruición les parece mal de entrada y luego de salida como en los referéndum sobre la moneda y la participación en bloques militares, pero en cuanto se les da la espalda y no se sienten comprometidos practican como si fuera suyo el comportamiento o acción que han censurao cuando lo tenían a tiro por tirar como el señorito de Los santos inocentes de Delibes que se carga hasta el señuelo del secretario suplente. Ha llegao a coger cierto gusto cuando me cruzo que me conocen y actúan como si no, pues significa que he aprendido a defenderme de cientros encantos como el de obedecer como 1 mascota cuando se lo proponen nuestros queridos amos. No fué fácil ni siempre, también los hubo que se reían por haber caído en la burda trampa de obedecer impulsos dominantes y no he llegao a recuperar mi autoestima hasta que en alguna ocasión posterior me insultaron. Si reparan en la famosa reunión cara a cara y no a través del plasma o los aparatos de radio, no me creo que hayan tenido nunca ni quien les escriba o a su favor, de Fernández Díaz, todavía ministro del interior, y el evasor fiscal y saqueador de bancos, empresa familiar de los Rato, en realidad el chantajeao fue el ministro catalán y además trascendió la reunión a la prensa porque se estuvo haciendo el orejas al recao. El recorrido del chantaje es imprevisible con semejantes lumbreras manejándolo, pero es posible que la oferta fuera detener al testaferro mexicano como chivo expiatorio o pagano de la pana de tan tremendo desfalco, que sería la obligación que dice el cafre que anuncia operaciones policiales sorpresas por el telediario y no se considera chivatazo ni negligencia. Yo he estao en alguna ocasión comiendo pinchos por raciones en grupos, incluidos familiares, y ahi se ve siempre al notario actuando para los suyos, como para su lado, lo mismo la colocación de las raciones, los cubiertos, montón de acciones imperceptibles ante las que no se puede hacer nada, como mucho comentarlo a sus espaldas hasta con miedo, todo lo más tratar de evitarlo en otras ocasiones, aunque nos quedemos solos. Son pequeños tics difíciles de ver cuando los encuentros son ocasionales y sobrevenidos como en la mayoría de las ocasiones, gente a la que no conocemos lo suficiente y cuando los conocemos al fin es porque lo estamos lamentendo, pero por ejemplo en la famosa reunión privada en la que Casillas y Ramos plantearon su no menos famoso chantaje contra el entrenador José Maurinho a Florentino Pérez, aunque se hubiera publicao al día siguiente en los diarios deportivos, que son más ágiles y atienden a otros equipos además del único, pues hubiera sido casi como el fichaje de Gea durante el verano 2015 para chafarlo en el último minuto, vamos que si Casillas no se deja meter goles debajo las piernas y Ramos no tira los penalty en plan galáctico a las nubes, y por tanto se ponen a cumplir raudos con lo que llaman su obligación cuando piden disculpas todo hubiera quedao en agua de borrajas como el canje de porteros. Es a partir de ahí que empieza algo parecido a 1 carrera contra reloj por ver quien paga o pena la enésima gambada o se come el marrón, pero hasta ese momento, si alguien hubiera dicho que se estaba equivocando, por ejemplo de la famosa reunión cuando se supo al día siguiente lo 1º que hicieron los presentes es negar su existencia, luego que hubieran estao solos ellos 4, después lo que realmente se trató, etc., nunca hubiera sido concebido como error. Otro ejemplo político de enorme transcendencia fue el chantaje de Trichet, el perraco sarnoso del BCE que se supone está ahí para evitar precisamente las estafas, pero que se descolgó con 1 carta secreta al mentecato Zapatero de cuya existencia solo se supo cuando ya se habían puesto a salvo sus padrinos Almunia y Barroso, y por tanto era irremediable. Y si no han pedido disculpas por el error garrafal de consecuencias dramáticas como cargarse la Constitución de 1 país soberano y su economía por generaciones, o de varios, pues los controladores se dedican a eso mientras les va bien, es porque cuando sacaron a Zapatero al organismo internacional de refugio, coincidió con el estallido de la crisis de los refugiados, que es a los que se dedica el organismo en cuestión y que demuestra que la casualidad no existe, pero en cuando se tome 1 respiro de las tareas como se está viendp. veremos los paganos la pertinente entrevista en el periódico internacional de prestigo en la que el mentecato atroz reconoce su equivocación, por supuesto cuando ya no tiene remedio. De hecho es la gente que más se equivoca la única que nunca se equivoca, hasta los santones de algunas sectas que los perdonan a cambio de dinero y favores se la atribuyen (si se fijan en la obligación nunca diden con quién o qué, por lo que se debería decir determinación do determinismo natural) y que podemos estar tranquilos con ellos, es como la pegan todas las veces lo más fuerte que pueden siempre los mismos y de la misma forma, por tanto ¿quién somos los estúpidos?
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– Cómo me gustaría ser tonto
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